Cuando el niño queda traumatizado durante el nacimiento, frecuentemente los padres también quedan traumatizados. La experiencia del nacimiento suele ser muy intensa para toda la familia, y cada miembro de ella debería tener la oportunidad de expresar e integrar lo que ha vivido. A veces quedan asuntos pendientes en torno al nacimiento, y los padres pueden sentirse abrumados, avergonzados, enfadados o confundidos.
Estar con un bebé que ha experimentado en trauma de nacimiento puede ser especialmente difícil, ya que es complicado tranquilizarlo y reconfortarlo. Esto puede ser muy descorazonador para los padres, porque puede evocar sentimientos y reacciones de frustación, ansiedad, depresión, sentimientos de inadecuación, ira, culpabilidad, cansancio, etc. En una situación como ésta, toda la familia necesita ayuda para entender lo que está ocurriendo y saber como comportarse para dar apoyo al recién nacido.